Aquí les traigo la segunda parte de esta historia. Hoy les voy a contar cuándo y cómo nos enteramos.
Esta vez ya tenía 6 días de retraso, pero ahora si estábamos buscando. Ya teníamos un poquito más de un mes en cuarentena, yo estaba un poco ansiosa por el cambio que significaba la cuarentena, en ese momento aún no extrañaba salir, pero me generaba mucha ansiedad el tema del virus y las noticias, así que culpaba a esa ansiedad de mi retraso, pero ya al sexto día me parecía demasiado porque suelo ser bastante regular. Ese día 04 de mayo, le dije a Alan que no aguantaba esperar más, que si no estaba embarazada y no me hacía el test igual no me iba a venir por los nervios. Fuimos directo a la farmacia, entre yo sola por todo el tema de “La nueva normalidad” y cuando salgo de la farmacia, sin bolsa porque era solo el test así que lo guardé directo en mi cartera, nos encontramos a mi suegra en la puerta de la farmacia. La conversación fue pura angustia, como si me hubiese robado el test en vez de pagarlo, - No están aceptando tarjeta porque se cayó el sistema – uuuh no me digas ¿Por eso no compraron nada?, si necesitan efectivo vamos a casa y después me transfieren – no no, tranqui… mmm después venimos y compramos… jeje nos tenemos que ir rapidito porque… Nos vemos. Esa fue literalmente la conversación. En el camino a casa decidimos que me la iba a hacer al día siguiente, con el primer pis de la mañana que se supone que es más efectivo. Obviamente cuando llegué a la casa la ansiedad me mataba así que fui directo a hacerme el test… Los 5 minutos más largos de mi vida, no podía dejar de verlo, cuando empezaron a aparecer las rayitas me arrancó una risa nerviosa, Alan estaba esperándome atrás de la puerta y cuando por fin se marcaron por completo me empecé a reír con los ojos aguados y le dije Za estoy embarazada ¡Esto nunca me había pasado! Jajaja esa fue la frase que marcó el momento, porque bueno ya nos conocemos lo suficiente como para saber que eso nunca me había pasado, pero yo estaba tan en shock que fue lo único que me salió decirle, además de la risita nerviosa mezclada con llanto que no podía parar.
Obviamente ese momento fue súper lindo, nos abrazamos, él también se puso pálido y se le aguaron los ojos y estuvimos unos minutos en shock. Después de eso me fumé un cigarro, si ya sé que no está bien, pero mi excusa fue “Me iba a hacer el test mañana, así que hoy igual hubiese fumado porque no sabríamos que estoy embarazada”. Honestamente lo disfruté sabiendo que no iba a fumar más y hasta ahora no he sentido ansiedad de cigarro, los primeros meses hasta me desagradaba el olor, pero eso también es contenido para otra entrada.
En la próxima les cuento cómo fuimos dando la noticia
a todos. Ese fue otro tema de mucha angustia.
¡Mucho amor por leerme!

La conversación con la suegra ame! Jajajaja
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